jueves, 16 de octubre de 2008

México, una caricatura de equipo

ZITO CUEVAS SOSA

· El miedo se apodera de seleccionados, que casi daban por perdido el juego ante Canadá, en una actitud por demás mediocre

El espectáculo que ofreció la selección mexicana en territorio canadiense no es digno de repetirse. Tal parece que las distancias en el área, hablamos de Concacaf, no es ni Conmebol, mucho menos la UEFA, se han acortado. Todo mundo a la hora del partido se comía las uñas, pedía a los Dioses un empate, porque una derrota nos enviaba a definir el pase ante Honduras, otra potencia supongo.
La legión europea, elementos que militan en grandes equipos, que juegan la Champions League, que han sido campeones en sus ligas, que han compartido cancha con jugadores de ensueño como Ronaldinho, que les ha tocado marcar a Cristiano Ronaldo, a Podolski, pelearle la media cancha a Diego del Werder, simplemente no existieron.
Un técnico frío, al igual que su estilo de juego, miraba preocupado desde la banca el accionar de su equipo. No cabía de alegría al ver el remate de Vuoso penetrar la red rival. Tiempos pasados fueron aquellos en las que un Hermosillo, un Blanco, un Luis Hernández, un Galindo, un García Aspe, sacaban la casta por el país y ni siquiera jugaban en el extranjero, quizá por falta de algún buen promotor, porque calidad siempre existió.
Donde estuvieron esa noche Guardado, Galindo, Osorio, dos Santos, Vela, Salcido. Simplemente no pesaron, fueron una caricatura dentro de un escenario que les estaba quedando grande. Un estadio con poco público, gente sin mucho interés, preocupados más por el frío invierno que se avecina que por un partido de futbol.
La pelota rodaba por todos lados, pero eran los de rojo, los que apenas y tenían un punto en la eliminatoria, esos que estaban eliminados, los que ejercían mayor presión. Cada balón largo que corría Radzinski, Garber, era una amenaza. El miedo de apoderaba de la defensa mexicana y todo mundo temblaba, todos trataban de evitar que el balón se anidara en su portería, defendida muy débil por un Osvaldo cada vez en menor estado.
Otro temor se ha apoderado de la afición mexicana, enfrentar a Honduras en San Pedro. Pareciera que nos vamos a meter al mítico Wembley, al Santiago Bernabéu, al Maracaná, al Monumental, al Parque de los Príncipes, pero no, temblamos de miedo porque Honduras, si el representante de esa pequeña nación, nos pueda golear. Quizá el pase a la siguiente ronda casi está en la bolsa, pero ¿Con este equipo iremos más lejos? Será muy complicado y nos espera lo mejor: Costa Rica, Estados Unidos, El Salvador. De miedo ¿verdad?