jueves, 16 de octubre de 2008

La grandeza se gana, no se hereda


· Clubes como Cruz Azul, Chivas, Pumas y América están sumidos en verdaderas crisis desde tiempo atrás; lejos quedaron los verdaderos grandes del futbol en México
Zito Cuevas Sosa

Hace algunas temporadas los aficionados al futbol comenzamos a darnos cuenta de algo que está pasando en nuestro país. ¿Dónde quedaron los llamados equipos grandes? Cierto, América, Cruz Azul, Chivas y Pumas no representan más que una historia detrás construida por los verdaderos grandes del futbol.
A cuenta gotas, pero Cruz Azul y Chivas han tratado al menos de que no les pese tanto el nombre de “grandes”, mientras que los Coapa, aquellos que invierten millones en jugadores, que utilizan a Televisa para promocionarse y vender algo inexistente, un buen equipo de futbol, está perdido desde ya varias temporadas.
Pumas, por su parte, no se queda atrás. Cada torneo que inicia vende más jugadores de los que puede traer. Se debilita y ya no asusta a nadie. Negrete, Hugo, Cabinho, Luis García, Flores, Tuca y demás leyendas de la Universidad son sólo recuerdos.
Pero vamos por partes. Cruz Azul, que heredó la grandeza de la antigua Máquina de Miguel Marín, de Victorino, de Kalimán Guzmán, de Quintano, de Manzo, de Vera, Muciño, quedaron para la historia. Ni Palencia, ni Torrado, ni Sabah, ni Delgado, mucho menos el Conejo Pérez, que pasó muchos años en el club, han podido regresar la grandeza al conjunto azul. Los cementeros son un cuadro intermitente, sin sangre, sin ambición y sobre todo confirmistas.
De las Chivas ni se diga. Todo mundo en la perla Tapatía llora por aquel campeonísimo que se ha esfumado de entre sus manos como agua, dejando sólo un vacío de existencia. Nadie como Chava Reyes, Jamaicón Villegas, Tubo Gómez, Bigotón Jasso, Isidoro Díaz, Sabás Ponce, la Pina Arellano. Esos fueron grandes, pero parece que a Bravo, Morales y compañía les queda grande la camiseta. Omar se fue a Europa, sin brillar gran cosa en esta institución de realidades palpables, no campeonatos en el aire como divulga su presidente, más hablador que ganador.
Por último América. Lo dejamos hasta el final, porque ahí se encuentra actualmente, con un futbol parco, apenas notable, con jugadores que no logran asimilar de un entrenador, igual de arrogante que todo el club en general. Como estarán llorando en sus casas Reynoso, Zelada, Borja, Zague, Farfán, Cristóbal Ortega, Chávez, y el mismo Cuauhtémoc, que por años dieron todo de sí por defender los colores de esta camiseta, forjada con sangre de verdaderos futbolistas y no esos payasos que cada domingo saltan a hacer el ridículo, sólo superable con el de la siguiente semana.
Los verdaderos grandes del futbol actualmente son el Toluca, el Pachuca, el Santos de Torreón, clubes que siempre están ahí, disputando finales, haciendo proezas, dando de qué hablar. Con esto queda demostrado que la grandeza en el futbol se gana, no se hereda, y que los buenos ya existieron y ahora sólo quedan remansos de históricos, que se hacen llamar futbolistas. Vaya manera de engañar a sus fieles aficiones.