Por. Antonia Méndez
La legalización o no de las drogas, cambia de manera trascendental la forma de vivir no solo del consumidor sino sobre todo de los no consumidores, el pensar en sus pros y contras, solo hacen más grande la problemática social que vivimos y que están asociadas una con la otra.
Indiscutiblemente tras pensar y pensar en cuando me ha agredido un fumador de tabaco o cigarrillo, simplemente no me viene a la mente ningún nombre o recuerdo… Pero si de esos servidores públicos que se creen los muy muy aun cuando el pueblo es el que les paga sus grandes salarios. Pero eso es otro tema.
Y es que según me han dicho, por que ni fumadora soy –de ninguna de las dos- que el organismo responde de manera diferente a las estimulaciones de las drogas, hay a quienes les provoca un tremendo sueño dejándolos jetones por horas –los timbra-, y hay a quienes les despierta hasta los mas obscuros pensamientos, esos de los que no se hablan en voz alta; es decir, vomitarle el 10 de mayo en sus diferentes expresiones a los de la tiendita que siempre mal atienden cuando llega uno a comprar, saciar los deseos carnales con o sin consentimiento de la pareja o persona que se atraviese en la hora del vuelo, comprar con o sin dinero todo lo que uno quiera, inclusive borrar del mapa a uno que otro. Etc…
La dosis exacta…
La regulación y venta de las dosis en dado caso será para el nuevo consumidor, ese que quiere experimentar, saber si en verdad se puede volar, saber a que sabe, que se siente, que hace, saber si en verdad es chupar la muerte, en fin. Los adictos no se van a poner a ver cantidades, o si ya consumieron la ración permitida por la ley, por ello su adicción, no tiene nada que ver con la legalización o no de esta.
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Y es que ahora resulta que las drogas, son las únicas culpables de los problemas que aquejan a la ciudadanía, llámese robos, secuestros, extorsiones, suicidios, homicidios, narcotraficantes, malos servidores públicos, malos políticos, pésimos presidentes, etc… si como no. El buen pretexto para las autoridades policiacas, Instituciones Educativas y padres de familias que no atacan el problema que atañe a cada cual.
Ahora bien, me pregunto ¿en que va reducir los secuestros, la legalización de las drogas?, ¿Cuánto van a bajar los robos? Si la economía es la que esta mal, con los salarios bajos y los desempleos masivos. Los malos programas que poco contribuyen a la verdadera y real pobreza y desempleo que vivimos y no la que los de arriba piensan ¿Y si los nuevos consumidores no tienen para comprarla, no van aumentar los robos al bolsillo familiar? ¿y los secuestros, desaparecerán? ¿y los Narcotraficantes, les van a vender de a gramo, se fajaran los cinturones los guardianes de la seguridad para atacarlos o se les seguirán sumando?. Pues con esas ganancias y esta crisis. En fin, usted sabe de qué achaques sufrimos los mexicanos. Hay pobre del sector salud la que se le viene si esto se fuera a dar, sino pueden con las enfermedades comunes a que remedíos irán a acudir.
Por otro lado no sería bonito ver a un policía y no temerle. Que se transforme ese órgano de seguridad, pues son los que van primero en el despliegue de limpia. Y aunque para algunos lo ideal sería una Policía Federal, con un nuevo programa, donde no metieran las manos las autoridades locales, para evitar las influencias. Terminaríamos como el dicho amor de lejos, amor de pensarlo… al final de cuentas el numero de guardianes del orden esta muy por debajo de las necesidades de la sociedad y si a eso le aunamos los no capacitados y sin armas adecuadas, solo se quedan en pitufos azules.
Por lo anterior usted puede ver que aunque una cosa lleva a la otra, son problemas con soluciones diferentes, y aquello que quieren solucionar con una toma de decisión como lo es la legalización o no de las drogas, es tema aun verde y propio para estar en mesa de debate con grandes preguntas como: qué tipo de droga se legalizaría, el uso que se le daría a los impuestos que se genere de esta, los monopolios que existirían.etc..
Y por otro lado, en nuestro sueño guajiro, nuestra única salvación es, numero uno: la Concientización, para que cada Institución, desde la familia hasta el mismo Gobierno Federal ejerza su trabajo. Y numero dos: la Educación Familiar y la Educación Escolar, pero esta última esta de pensarlo, siempre y cuando no le teman a Elba Esther Gordillo. Aunque de eso podemos hablar luego