Por Antonia Méndez
¿Que tal el regreso a clases?, aquel día esperado que promete 3,4 ó 5 horas de descanso matutino o vespertino regreso.
La alegría y nerviosismo se siente no solo en los niños y adolescentes, también en los padres que con ojo crítico esperan ver en los profesores la sonrisa, el trato, el modo de hablarles, esperan ver si tienen cara de sabio, si realmente llevan la profesión en la sangre; si es maestro de verdad. Y aunque escépticos, les sonreímos avisándoles que estaremos pendientes de la educación que ellos les den a nuestros hijos.
Para quienes es su primera vez, les digo que no será solo el primer día que estarán atareados con los útiles escolares pendientes, con las tareas diarias, con biografías, laminas, cartulinas y demás cosas que tendrán que comprar a lo largo de la semana sino posiblemente a lo largo del mes, pero solo será eso un mes, en el que los profesores harán gala de sus estudios y clases con impresionismos para llamar la atención y el respeto de los alumnos.
En preescolar, no solo será hoy el día que llore su hijo sino toda la semana y posiblemente todo el mes, y usted estará mas a la expectativa esperando de los maestros un abrazo y comprensión extra para su hijo, por que aun esta pequeñito, es el bebe de la casa.
Y la llevada es solo el principio, aun viene la hora de salida, con los interrogativos estilo FBI o Seguridad Secreta que vemos en las series de TV, acordémonos que el primer día fue para ellos, déjenlos respirar y realicen el cuestionario en calma.
Por todo lo anterior, recordemos que la educación de nuestros hijos esta en nuestras manos y que la aportación de los maestros contribuirá a su mejor desempeño en el futuro. No es responsabilidad total de las escuelas el comportamiento positivo o negativo que estos traigan a la casa. Hagamos que la emoción del primer día se prolongue todo el año. Por ellos, nuestros hijos y su mejor futuro.