miércoles, 17 de diciembre de 2008

Se aprobaron las cuentas públicas de los 17 municipios


Aclaro lector, que escribo esta nota con malestar estomacal, con gases, y también con nauseas, usted creerá que estoy embarazado, pero no piensa usted mal, la verdad es que así estamos embarazados, todos y cada uno de los que conformamos el pueblo.
Siempre nos traen de un lado a otro y cuando por fin parece que creemos en nuestras instituciones, vienen y hacen lo que mejor saben hacer, disimular y hacer de las leyes el escudo protector de intereses políticos y empresariales, que hoy día caminan a la par y son uno mismo.
Resulta que los 17 municipios del Estado, tenían problemas con sus cuentas pública, observaciones y fugas, sin embargo en la cima estaban solo unos cuantos, que políticamente fueron manejados, para restar puntos y buscar la negociación y el albazo, y en la trifulca que duró sus buenos meses, se enfrentaron perredistas y priístas, como esos perros encadenados, que se ven rabiosos y asesinos.
Sin embargo al momento de soltarlo, aquel can, se vuelve en un animal indefenso que con la menor intensión de correrlo se espanta, lo mismo ocurrió en el congreso del estado, en donde los diputados, volvieron a utilizar a la gente y ante el cansancio y tedio decidieron aprobar las cuentas públicas.
Y a todo esto, a quien le perjudica y a quien le importa, por lo que vemos solamente a ellos, siempre y cuando al pueblo se le sigan garantizando sus necesidades primarias, pues cuando no existan, entonces si otra cosa será.
Pero es necesario voltear a ver el hecho de aprobar la cuenta de los 17 municipios, pues detrás de ellas hubieron gastos, no sólo en prensa, si no también de otras cuestiones, hubieron conflictos, se levanto polvo entorno de este acontecimiento, se involucró a la sociedad, y todo para finalmente terminar soslayando las leyes y demoliendo la esperanza de una política madura, y responsable, nos chamaquearon, nos vieron la cara, nos usaron.
Entonces verdaderamente a quién interesa esto, obviamente a todos, pues ahora resulta que quienes realmente son delincuentes se les deja libre, ahora resulta que las fechorías se pueden omitir siempre y cuando sea el culpable político o influyente, hay personas que están pagando en las penitenciarias delitos de menor grado, delitos absurdos y algunos ni delincuentes son.
De tal manera, qué nos queda hacer como pueblo, si vemos que los mismos encargados de hacer cumplir las leyes, se espantan, se vuelven tímidos convenencieros, y buscan otras noticias para contrarrestar fuerza a su incapacidad.
Por lo pronto hemos aprendido que las leyes tienen precio, que los que pisan las celdas o no tienen dinero o son pendejos, y que aquí por lo menos, para llegar a ser adinerado, hay que meterse a la política, pues es una profesión en donde puedes hacerte millonario sin ir a la cárcel. Pero bueno hay sus excepciones, pues hay quienes han vivido de su trabajo, y no precisamente de la política, que eso si creo es algo doloroso.
Sigamos pues en esta farsa que se ha vuelto el sistema, en donde el que no transa no avanza, y tratemos de guardar cordura ante los latrocinios que ocurren en nuestro estado.