sábado, 13 de diciembre de 2008

Aparición de Jesús el Nazareno.

Lic. Luis Mariano Jiménez Ovando
Dios mandó al ángel Gabriel a un pueblo de Galilea llamado Nazaret, a visitar a una mujer virgen llamada María, que estaba comprometida para casarse con un hombre llamado José, descendiente del Rey David. El ángel entró en el lugar donde ella estaba, y le dijo:
¡Te saludo, favorecida de Dios! El señor está contigo. Cuando vio al ángel, se comprendió de sus palabras, y se preguntaba qué significaría aquel saludo. El ángel le dijo:
María, no tengas miedo, pues tú gozas del favor de Dios. Ahora vas a quedar encinta: tendrás un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será un gran hombre, al que llamarán Hijo del Dios altísimo, y Dios el Señor lo hará rey, como a su antepasado David, para que reine por siempre en la nación de Israel. Su reinado no tendrá fin.
María preguntó al ángel:
¿Cómo podrá suceder esto, si no vivo con ningún hombre?.
El ángel le contestó:
El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Dios altísimo descansará sobre ti como una nube. Por eso, el niño que va a nacer será llamado Santo e Hijo de Dios. También tu parienta Isabel va a tener un hijo, a pesar de que es anciana; la que decían que no podía tener hijos, está encinta desde hace seis meses. Para Dios no hay nada imposible.
Entonces María dijo:
Yo soy esclava del Señor; que Dios haga conmigo como me has dicho.
Con esto, el ángel se fue. (Lucas 1.26-38)
José Decide no separarse Confía plenamente en su esposa.
El nacimiento de Jesucristo fue así: María, su madre, estaba comprometida para casarse con José; pero antes que vivieran juntos, se encontró encinta por el poder del Espíritu Santo. José, su marido, que era un hombre justo y no quería denunciar públicamente a María, decidió separarse de ella en secreto. Ya había pensado hacerlo así, cuando un ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: “José, descendiente de David, no tengas miedo de tomar a María por esposa, porque el hijo que va a tener es del Espíritu Santo. María tendrá un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Se llamará así porque salvará a su pueblo de sus pecados”.
Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había dicho por medio del profeta: “La virgen quedará encinta y tendrá un hijo, al que pondrán por nombre Emmanuel” (que significa: “Dios con nosotros”).
Cuando José despertó del sueño, hizo lo que el ángel del a Señor le había mandado, y tomó a María por esposa. Pero no vivieron como esposos hasta que ella dio a luz a su hijo, al que José puso por nombre Jesús. Mateo 1.18-25.
ANCIANA ESTÉRIL DA A LUZ UN HIJO.
En el tiempo en que Herodes era rey de Judea, vivía un sacerdote llamado Zacarías, pertenecientes al grupo de Abías. Su esposa, llamada Isabel, descendía de Aarón. Los dos eran justos delante de Dios y obedecían los mandatos y leyes del Señor, de tal manera que nadie los podía culpar de nada. Pero no tenían hijos, porque Isabel no había podido tenerlos; además, los dos eran ya muy ancianos.
Un día en que al grupo sacerdotal de Zacarías le tocó el turno de oficiar delante de Dios, según era costumbre entre los sacerdotes, le tocó en suerte a Zacarías entrar en el santuario del templo del Señor para quemar incienso. Mientras se quemaba el incienso, todo el pueblo estaba orando afuera. En esto se le apareció a Zacarías un ángel del Señor, de pie al lado derecho del altar del incienso. Al ver al ángel, Zacarías se quedó sorprendido y lleno de miedo. Pero el ángel le dijo: Zacarías, no tengas miedo, porque Dios ha oído tu oración, y tu esposa Isabel te va a dar un hijo, al que pondrás por nombre Juan. Tú te llenarás de gozo, y muchos se alegrarán de su nacimiento, porque tu hijo va a ser grande delante del Señor. No tomará vino ni licor, y estará lleno del Espíritu Santo desde antes de nacer. Hará que muchos de la nación de Isabel se vuelvan al Señor su Dios. Este Juan irá delante del Señor, con el Espíritu y el poder del profeta Elías, para reconciliar a los padres con los hijos y para que los rebeldes aprendan a obedecer. De este modo preparará al pueblo para recibir al Señor. Zacarías preguntó al Ángel:
¿Cómo puedo estar seguro de esto¿ Porque yo soy muy anciano y mi esposa también.
El ángel le contestó: Yo soy Gabriel, y estoy al servicio de Dios; él me mandó a hablar contigo y darte estas buenas noticias. Pero ahora, como no has creído lo que te he dicho, vas a quedarte mudo, no podrás hablar hasta que, a su debido tiempo, suceda todo esto.
Mientras tanto, la gente estaba afuera esperando a Zacarías y preguntándose por qué tardaba tanto en salir del santuario. Cuando al fin salió, no les podía hablar; entonces se dieron cuenta de que había tenido una visión en el santuario, pues le hablaba por señas; y siguió así, sin poder hablar.
Cumplió su servicio, Zacarías se fue a su casa. Después de esto, su esposa Isabel quedó encinta, y durante cinco meses no salió de su casa, pensando: “El Señor me ha dado esto ahora, para que la gente ya no me desprecie” Lucas 1.5-25.
MARIA VISITA A SU PRIMA ISABEL.
Por aquellos días, María se fue de prisa a un pueblo de la región montañosa de Judea, y entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel. Cuando Isabel oyó el saludo de María, la criatura se le movió en el vientre, y ella quedó llena del Espíritu Santo. Entonces, con voz muy fuerte, dijo: ¡Dios te ha bendecido a tu hijo! ¿Quién soy yo, para que venga a visitarme la medre de mi Señor¿ Pues tan pronto como oí tu saludo, mi hijo se movió de alegría en mi vientre. ¡Dichosa tú por haber creído que han de cumplirse las cosas que el Señor te ha dicho!.
María dijo:
“Mi alma alaba la grandeza del Señor; mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador.
Porque Dios ha puesto sus ojos en mí, su humilde esclava, y desde ahora siempre me llamarán dichosa;
porque el Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas.
¡Santos es su nombre!
Dios tiene siempre misericordia de quienes lo reverencian.
Actuó con todo su poder:
Deshizo los planes de los orgullosos, derribo a los reyes de sus tronos y puso en alto a los humildes.
Llenó de bienes a los hambrientos y despidió a los ricos con las manos vacías.
Ayudó al pueblo de Isabel, su siervo, y no se olvidó de tratarlo con misericordia.
Así lo había prometido a nuestros antepasados, a Abraham y a sus futuros descendientes.”
María se quedó con Isabel unos tres meses, y después regresó a su casa. Lucas 1.39-56.
EL SOL DE UN NUEVO DIA.
Zacarías, el padre del niño que llamaba Juan, lleno del Espíritu Santo y hablando en nombre de Dios, dijo:
“!Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha venido a salvar a su pueblo!.
Nos ha enviado un poderoso salvador un descendiente de David, su siervo. Esto es lo que había prometido en el pasado por medio de sus santos profetas: que nos salvaría de nuestros enemigos y de todos los que nos odian, que tendría compasión de nuestros antepasados y que no se olvidaría de su santo pacto. Y éste es el juramento que había hecho a nuestro padre Abraham: que nos libraría de nuestros enemigos, para servirle a él sin temor alguno y estar en su presencia, con rectitud y santidad, todos los días de nuestra vida. En cuanto a ti, hijito mío, serás llamado profeta del Dios altísimo, porque irás delante del Señor preparando sus caminos, para hacer saber a su pueblo que Dios les perdona sus pecados y les da la salvación.
Porque nuestro Dios, en su gran misericordia, nos trae de lo alto el sol de nuevo día, para dar luz a los que viven en la más profunda oscuridad, para dirigir nuestros pasos por el camino de la paz.” Lucas 1.67-79
SE ANUNCIO 600 AÑOS ANTES.
Al principio Dios humilló a Galilea, tierra de Zabulón y de Neftalí, región vecina a los paganos, que extiende desde el otro lado del Jordán hasta la orilla del mar; pero después le concedió mucho honor.
El pueblo que andaba en la oscuridad vio una gran luz; una luz ha brillado para los que vivían en tinieblas. Señor, has traído una gran alegría; muy grande es el gozo.
Todos se alegran delante de ti como en tiempo de cosecha, como se alegran los que se reparten grandes riquezas. Porque tú has deshecho la esclavitud que oprimía al pueblo, la opresión que lo afligía, la tiranía a que estaba sometido. Fue como cuando destruiste a Madián. Las botas que hacían resonar los soldados y los vestidos manchados de sangre serán quemados, destruidos por el fuego. Porque nos ha nacido un niño, Dios nos ha dado un hijo, al cual se la ha concedido el poder de gobernar.
Y le darán estos nombres: Admirables en sus planes, Dios invencible, Padre eterno, Príncipe de la Paz.
Se sentará en el trono de David; extenderá su poder real a todas partes y la paz no se acabará; su reinado quedará bien establecido, y sus bases serán la justicia y el derecho desde ahora y para siempre. Esto lo hará el ardiente amor del señor todopoderoso. Isaías 9.1-7.
EL LUGAR SEÑALADO HACE 5 SIGLOS.
En cuanto a ti, Belén Efrata, pequeña entre los clanes de Judá, de ti saldrá un gobernante de Israel que descendiente de una antigua familia. “Ahora el Señor deja a los suyos, pero sólo hasta que dé a luz la mujer que está esperando un hijo. Entonces se reunirán con sus compatriotas los israelitas que están en el destierro. El rey se levantará para pastorear a su pueblo con el poder y la majestad del Señor su Dios, y ellos podrán vivir en paz, porque el señor será engrandecido hasta el último rincón de la tierra. Miqueas 5.2-4
LIBERACIÓN
¡Qué hermoso es ver llegar por las colinas al que trae buenas noticias, al que trae noticias de paz, al que anuncia la liberación y dice a Sión: “Tu Dios es rey”! ¡Escucha! Tus centinelas levantan la voz y a una dan gritos de triunfo, porque ven con sus propios ojos cómo vuelve el Señor a Sión. ¡Estallen en gritos de triunfo, ruinas de Jerusalén, porque el Señor ha tenido compasión de su pueblo, ha liberado a Jerusalén! El Señor ha mostrado su poder a la vista de todas las naciones. Por toda la tierra se sabrá que nuestro Dios nos ha salvado. Isaías 52.7-10
SE HIZO HOMBRE. HÁBITO ENTRE NOSOTROS
Por aquel tiempo, el emperador Augusto ordenó que se hiciera un censo de todo el mundo. Este primer censo fue hecho siendo Cirenio gobernador de Siria. Todos tenían que ir a inscribirse a su propio pueblo.
Por esto, José salió del pueblo de Nazaret, de la región de Galilea, y se fue a Belén, en Judea, donde había nacido el rey David, porque José era descendiente de David. Fue allá a inscribirse, junto con maría, que estaba comprometida para casarse con él y se encontraba encinta. Y sucedió que mientras estaba en Belén, le llegó a María el tiempo de dar a luz. Y allí nació su primer hijo, y lo envolvió en pañales y lo acostó en el establo, porque no había alojamiento para ellos en el mesón. Lucas 2.1-.
NO TENGAN MIEDO
Cerca de Belén había unos pastores que pasaban la noche en el campo cuidando sus ovejas. De pronto se les apareció un ángel del Señor, y la gloria del Señor brilló alrededor de ellos; y tuvieron mucho miedo. Pero el ángel les dijo: “No tengan miedo, porque les traigo una buena noticia, que será motivo de gran alegría para todos: Hoy les ha nacido en el pueblo de David un salvador, que es el Mesías, el Señor. Como señal, encontrarán ustedes al niño envuelto en pañales y acostado en un establo.”
En aquel momento aparecieron, junto al ángel, muchos otros ángeles del cielo, que alababan a Dios y decían:
“! Gloria a Dios en las alturas!
¡Paz en la tierra entre los hombres que gozan de su favor!”. Lucas 2.8-14.
¿UN NUEVO REY?
¡Alégrese toda la tierra!
¡Alégrese las islas numerosas!
¡El Señor es rey!
Está rodeado de espesas nubes;
la justicia y el derecho sostiene su trono;
el fuego va a delante de él;
y quema a los enemigos que le rodean.
Sus relámpagos iluminan el mundo;
¡la tierra tiembla al verlos!
Las montañas se derriten como cera ante el Señor, ante el dueño de toda la tierra.
Los cielos anuncian su justicia; todos los pueblos ven su gloria.
Quedan humillados los que adoran ídolos, los que se sienten orgullosos de ellos.
¡Todos los dioses se inclinan ante él! Oh Señor, Sión y las ciudades de Judá se alegran mucho por tus decretos; pues tú Señor altísimo, estás por encima de toda la tierra y mucho más alto que todos los dioses.

El Señor ama a los que odian el mal; protege la vida de los que le son fieles; los libra de hacer en manos de malvados. La luz brilla para el hombre bueno; la alegría es para la gente honrada.
¡Alégrense en el Señor, hombres buenos, y alaben su santo nombre!. Salmo 97.1-12.
SE DICE QUE… Es un poderoso mensajero de lo alto.
En tiempos antiguos Dios habló a nuestros antepasados muchas veces y de muchas maneras por medio de los profetas. Ahora, en estos tiempos últimos, nos ha hablado por su Hijo, mediante el cual creó los mundos y al cual ha hecho heredero de todas las cosas. Él es el resplandor glorioso de Dios, la imagen misma de lo que Dios es y el que sostiene todas las cosas con su palabra poderosa. Después de limpiarnos de nuestros pecados, se ha sentado en el cielo, a la derecha del trono de Dios.
El Hijo de Dios ha llegado a ser superior a los ángeles, pues ha recibido en herencia un título mucho más importante que el de ellos. Porque Dios nunca dijo a ningún ángel:
“Tú eres mi Hijo; yo te he engendrado hoy.”
Ni dijo tampoco de ningún ángel: “Yo seré un padre para él, y él será hijo para mí.”
Pero en otro lugar, al presentar a su Hijo primogénito al mundo, dice:
“Que todos los ángeles, Dios dice: “Hace que sus ángeles sean como vientos, y como llamas de fuego sus servidores.” Hebreos 1-1-7.
LLEGAN SABIOS DESDE ORIENTE
Jesús nació en Belén, un pueblo de la región de Judea, en el tiempo en que Herodes era rey del país. Llegaron por entonces a Jerusalén unos sabios del ORIENTE que se dedicaban al estudio de las estrellas, y preguntaron: ¿Dónde está el rey de los judíos que ha nacido? Pues vimos salir su estrella y hemos venido a adorarlo. El rey Herodes se inquietó mucho al oír esto, y lo mismo les pasó a todos los habitantes de Jerusalén. Mateo 2.1-3
TIEMBLA EL REY
Mandó el rey llamar a todos los jefes de los sacerdotes y a los maestros de la ley, y les preguntó dónde había de nacer el Mesías. Ellos le dijeron: En Belén de Judea; porque así lo escribió el profeta: En cuanto a ti, Belén de tierra de Judá, no eres la más pequeña entre las principales ciudades de esa tierra; porque de ti saldrá un gobernante que guiará a mi pueblo Israel.
Entonces Herodes llamó en secreto a los sabios, y se informó por ellos del tiempo exacto en que había aparecido la estrella. Luego los mandó a Belén, y les dijo: Vayan a allá, y averigüen todo lo que puedan acerca de ese niño; y cuando lo encuentren, avísenme, para que yo también vaya a adorarlo.
Con estas indicaciones del rey, los sabios se fueron. Y la estrella que habían visto salir iba delante de ellos, hasta que fin se detuvo sobre el lugar donde estaba el niño. Mateo 2.4-9
HUYEN LOS MAGOS
Con estas indicaciones del rey, los sabios se fueron. Y la estrella que habían visto salir iba delante de ellos, hasta que por fin se detuvo sobre el lugar donde estaba el niño. Cuando los sabios vieron la estrella, se alegraron mucho. Luego entraron en la casa, y vieron al niño con María, su madre; y arrodillándose lo adoraron. Abrieron sus cofres y le ofrecieron oro, incienso y mirra. Después, advertidos en sueños de que no debían volver a donde estaba Herodes, regresaron a su tierra por otro camino. Mateo 2.9-12
EL REY BUSCA DESESPERADAMENTE AL NIÑO PARA MATARLO.
Cuando ya los sabios se habían ido, un ángel del Señor se le apareció en sueños a José, y le dijo: “Levántate, toma al niño y a su madre, y huye a Egipto. Quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo.”
José se levantó, tomó al niño y a su madre, y salió con ellos de noche camino de Egipto, donde estuvieron hasta que murió Herodes. Esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había dicho por medio del profeta: “ De Egipto llamé a mi Hijo.” Mateo 2.13-14
MASACRE DE NIÑOS.
Al darse cuenta Herodes de que aquellos sabios lo habían engañado, se llenó de ira y mandó matar a todos los niños de dos años para abajo que vivían en Belén y sus alrededores, de acuerdo con el tiempo que le habían dicho los sabios. Así se cumplió lo escrito por el profeta Jeremías:
“Se oyó una voz en Ramá, llantos amargos y grandes lamentos.
Era Raquel, que lloraba por sus hijos y no quería ser consolada porque ya estaba muertos.” Mateo 2.16-18
Habrá un nuevo reino. Basta de injusticia.
Por lo tanto, dile a mi siervo David que yo, el Señor todopoderoso, le digo: ‘Yo te saqué del redil, y te quité de andar tras el rebaño, para que fueras el jefe de mi pueblo Israel; te he acompañado por dondequiera que has ido, he acabado con todos los enemigos que se te enfrentaron, y te he dado gran fama, como la que tienen los hombres importantes de este mundo. Además he preparado un lugar para mi pueblo Israel, y allí los he instalado para que vivan en un sitio propio, donde nadie los moleste ni los malhechores los opriman como al principio, cuando puse caudillos que gobernaran a mi pueblo de Israel. Yo haré que te veas libre de todos tus enemigos. Y te hago saber que te daré descendientes… Tu dinastía y tu reino estarán para siempre seguros bajo mi protección, y también tu trono quedará establecido para siempre. 2 Samuel 7.8-11, 16
MUERTO HERODES YA NO TEMEN
Después que murió Herodes, un ángel del Señor se le apareció en sueños a José, en Egipto, y le dijo: “Levántate, toma contigo al niño y a su madre, y regresa a Israel, porque ya han muerto los que querían matar al niño.”
Entonces José se levantó y llevó al niño y a su madre a Israel. Pero cuando supo que Arquelao estaba gobernado en Judea en lugar de su padre Herodes, tuvo miedo de ir allá; y habiendo sido advertido en sueños por Dios, se dirigió a la región de Galilea. Al llegar, se fue a vivir al pueblo de Nazaret. Esto sucedió para que se cumpliera lo que dijeron los profetas: que Jesús sería llamado nazareno. Mateo 2.19-23
Después de haber cumplido con todo lo que manda la ley del señor, volvieron a Galilea, a su propio pueblo de Nazaret. Y el niño crecía y se hacía más fuerte y más sabio, y gozaba del favor de Dios. Lucas 2.39-40
Descendiente de reyes.
Esta es una lista de los antepasados de Jesucristo, que fue descendiente de David y de Abraham:
Abraham fue padre de Isaac, éste lo fue de Jacob y éste de Judá y sus hermanos. Judá fue padre de Fares y de Zara, y su madre fue Tamar. Fares fue padre de Esrom y éste de Aram. Aram fue padre de Aminadab, éste de Aram. Aram fue padre Aminadab, éste lo fue de Naasón y éste de Salomón. Salomón fue padre de Booz, cuya madre fue Rahab. Booz fue padre de Obed, cuya madre fue Rut. Obed fue padre de Isaí. Isaí fue padre del Rey David, y el rey David fue padre de Salomón, cuya madre fue la que había sido esposa de Urías.
Salomón fue padre de Roboam, éste lo fue de Abías y éste de Asa. Asa fue padre de Josafat, éste lo fue de Joram y éste de Uzías. Uzías fue padre de Jotam, éste lo fue de Acaz y éste de Ezequías. Ezequías fue padre de Manasés, éste lo fue de Amón y éste de Josías. Josías fue padre de Jeconías y de sus hermanos, en el tiempo en que los israelitas fueron llevados cautivos a Babilonia.
Después de la cautividad, Jeconías fue padre de Salatiel y éste de Zorobabel. Zorobabel fue padre de Abiud, éste lo fue de Eliaquim y éste de Azor. Azor fue padre Sadoc, éste lo fue de Aquim y éste de Eliud. Eliud fue padre de Eleazar, éste lo fue de Matán y éste de Jacob. Jacob fue padre de José, el marido de María, y ella fue madre de Jesús, al que lllamamos el Mesías. Mateo 1-1-16.
Cumplió su promesa.
A los ocho días circundaron al niño, y le pusieron por nombre Jesús, el mismo nombre que el ángel le había dicho a María antes de que ella estuviera encinta.
Cuando se cumplieron los días en que ellos debían purificarse según las ceremonias de la ley de Moisés, llevaron al niño a Jerusalén para presentárselo al señor. Lo hicieron así por que en la ley del señor está escrito: “Todo primer hijo varón será consagrado al Señor.” Fueron, pues, a ofrecer en sacrificio lo que manda la ley del señor: un par de tórtolas o dos pichones de paloma.
En aquel tiempo vivía en Jerusalén un hombre que llamaba Simeón. Era un hombre justo, que adoraba a Dios y esperaba la liberación de Israel. El espíritu Santo estaba en Simeón, y le había hecho saber que no moriría sin ver antes al Mesías, a quién el Señor enviaría. Guiado por el Espíritu Santo, Simeón fue al templo; y cuando los padres del niño Jesús lo llevaron también a él, para cumplir con lo que la ley ordenaba, Simeón lo tomó en brazos y alabó a Dios, diciendo:
“Ahora, señor, tu promesa está cumplida:
Puedes dejar que tu siervo muera en paz.
Porque ya he visto la salvación que has comenzado a realizar a la vista de todos los pueblos,
la luz que alumbrará a las naciones y que será la honra de tu pueblo Israel.”
El padre y la madre de Jesús se quedaron admirados al oír lo que Simeón decía del Niño.
Entonces Simeón les dio su bendición, y dijo a María, la madre de Jesús: Mira, este niño está destinado a hacer que muchos en Israel caigan o se levanten. Él será las intenciones de muchos rechazarán, a fin de que las intenciones de muchos corazones queden al descubierto. Pero todo va a ser para ti como una espada que atraviese tu propia alma. Lucas 2.21-35.