martes, 30 de agosto de 2011

Vaquero, vaquero, vaquero, vaquero, vaqueroooo... mami soy un vaquero

Lic. y Próximo décimo regidor Luis Mariano Jiménez Ovando.

Lo vi venir de botas vaqueras, con camisa de cuadros, enorme y valentón, con un caminar que parecía por momentos irse meneando como los barcos en alta mar.

A su vestimenta  solo le hacía falta su sombrero de charro, su caballo y cual llanero solitario también su fiel guardián, que dicen las malas lenguas, lo dejó amarrado en Praga Injet.

Ya casi a la distancia de medio metro, me lanzó una mirada, que me hizo recordar las poesías de Neruda, de Wittman, de Rúben Dario. Penetrante, sin vacilar, con el parpadeo que tienen los seres a punto del clímax.

Ya de frente él y yo, pude susurrarle ante el temor de ser agredido, estuve con el lic. Román hablando de usted… rápidamente fui privado de mi libertad de expresión, mientras me decía, “hazte un lado, que llevo prisa y perro toma tu hueso. De ese tal Román ni me lo menciones, que es contrario a mis intereses”.

Casi con el simple aire de superioridad me hizo a un lado, y prosiguió su camino, inyectado, endemoniado, airoso.

Fue como poco a poco se perdió en el camino que depara la Juárez, rumbo al sur, es decir al panteón. Esto amigos míos fue solo una pequeña narrativa de lo que día a día vive un periodista, y lo que se encuentra en su camino al éxito.

Mientras el vaquero, dejaba su estela de luces, detrás suyo solo se podía escuchar cual eco de cascabel, “ahí va un regidor para el 2012”. Iche… Ya dan miedo.