viernes, 7 de enero de 2011

Luciano Camero Martínez deambula el Palacio Municipal de Comalcalco

Román Jiménez García

Emulando a un viejo puerto. A la alcaldía de Comalcalco, empiezan a llegar traídos por la marea y las corrientes diversas, barcos piratas, viejos naufragios, cayucos y barbajanes marinos de agua dulce y agua salada.


Se puede observar cual adagio el regreso de fantasmas, de osamentas sin pelo, de pasos sin destino, y envueltos en velos tricolores, amarillos y blancos, un desfilar de caras largas hacen fila en las escalinatas del segundo piso del palacio municipal, que viéndolo detenidamente y a profundidad por momentos da la impresión de ser un albergue político.

Es pues que en pleno inicio de Enero, el palacio municipal se ha convertido en un puerto marítimo en donde hacen pasarela los políticos piratas del ayer, pero quien causó gran conmoción desde su llegada fue el viejo lobo de mar Luciano Camero Martínez, un político que ha sido muy allegado a la figura del alcalde de Comalcalco, y quien pintó su regresó con mensajes de gratitud y bienestar para el día 24 y para el año que acaba de iniciarse.

Dicen a mi no me lo crean porque nunca me mando un mensajito, que les patentizaba aprecio y a su vez les daba las buenas nuevas por el año que comienza.

Pero el resurgimiento de Luciano Camero, ha causado consternación en el ayuntamiento, su llegada ha sido amistosa, coherente en un desasosiego que invade las direcciones en palacio.

Por lo pronto desde hace unos días pareciera hacerla más de asesor del presidente, ante la cara de fuchi de Gongora y secuaces. Luciano Camero dicho sea de paso, no la tiene fácil pues si quisiera llegar a ocupar el puesto de Lawrence, tiene que sortear una regiduría que está fraccionada en intereses varios, que no le permitirán llegar a donde su corazón le llama.

Sin embargo la última palabra la tiene Alejandro, y mientras a las afueras del palacio se encuentran “Agolfados” los intereses del 2012, al interior las ambiciones de algunos malos administradores empiezan a roer la escaza unidad y disciplina a la que tanto ha insistido el gobernador y el presidente.

Esperamos con ansias la posición de Luciano, pues de ahí se marcarán nuevos rumbos, y se verá también la disposición del presidente a calmar los murmullos, o, a seguirlos en torno a la silla en el 2012.