viernes, 7 de enero de 2011

En Comalcalco existe un presidente puesto por el pueblo, no por una minoría

Andrés Alejandro Montejo

He leído con detenimiento lo expuesto por mi amigo el Lic. Román Jiménez García, nuestro Director de Chompipe, y aunque comparto con él ciertas ideas, creo también que los acontecimientos que ocurren en el municipio no son mera casualidad, como unos individuos en la entidad quieren tergiversar. Y partiendo de ahi si se tiene que responsabilizar a una persona, es, porque existe (responsabilidad) nuestro actual presidente municipal Alejandro Medina Custodio y no es cuestión de ocurrencias perversas o del metabolismo del cuerpo, cada cosa que se ha realizado en el palacio, ha sido con entera consciencia y claro que tiene justificación y sentido.

En platicas con mi maestro Romancito hemos coincidido en los siguientes puntos que a continuación escribo…

En Primer Lugar. La llegada de la supuesta “clase política” al ayuntamiento, creo se debe a un liderazgo poco ortodoxo de nuestro señor presidente, quien ha dejado patente su compromiso hacia la unidad política en el municipio. Hoy día no existen rivales sino aliados que conforman un frente hacia el crecimiento de Comalcalco.

En Segundo Lugar. Los Despidos y “Divorcios” que se han llevado a cabo en el ayuntamiento, aunque repercute en cierta manera en la forma de ver y hacer política en el municipio, ha sido necesario y no se ha visto cargada o por lo menos un sesgo que vaya en contra de la Perla de la Chontalpa, y eso a como lo hacen ver los amigos Chompiperos es digno de admiración y respeto.

En Tercer Lugar. La supuesta relación entre presidente municipal y la izquierda, creo que es de respeto, es de honorabilidad, pues tanto alcalde trabaja, y a su vez respeta a quienes piensan en forma diferente, y eso ha evitado que hasta el día de hoy haya actos populistas y revanchistas en contra de la persona de Alejandro.

En Cuarto Punto. Los cambios que han habido en el Ayuntamiento, han sido en tiempo y forma, cada quien ha obtenido su momento de gloria, si lo hicieron mal o bien el mismo pueblo lo demanda y lo califica y el presidente accede al cambio y sin demora apaga la chispa, y hace con eso que la sensatez regrese cargada de credibilidad.

En Quinto Lugar. Que bueno, que hoy por hoy exista la energía de un presidente joven que empieza a laborar a las 6 de la mañana y termina casi a las 12 de la madrugada, eso es muestra que no se está jugando que hay compromisos, y que por lo mismo, es él, Alejandro Medina, quien debió y quien ostenta el cargo de presidente municipal de Comalcalco.

En Sexto Punto. Los posible enemigos que puedan surgir en este trabajo honesto, que se esta llevando en el municipio, es porque los burócratas de hoy estaban acostumbrados a hacer trabajo de oficina, u holgazanear esperando la salida. Hoy no es así, hoy sí trabajan, hoy si luchan, hoy si hay resultado, no demagogia y bajas expectativas y eso es resultado de las buenas intenciones de un presidente por cambiar lo que desde hace mucho tenía aburrida y en completo hartazgo a la población de Comalcalco.

En Séptimo Punto. Le guste a quien le guste, quien manda en el municipio es el pueblo, y la primera autoridad radica en la persona del Ingeniero Alejandro Medina Custodio, un hombre hecho en las filas del PRI, un político humanizado a sus tiempos, exigente sí, pero exige porque busca algo más que gobernar, busca libertad, busca progreso, busca mejoras y un Comalcalco DIFERENTE, de punta a punta, no solamente la politiquería de café.

Entonces amigos y amigas, no busquemos darle la razón a una minoría que solo intenta recobrar lo perdido, que construye destruyendo y que esta acostumbrada a mermar con la buena voluntad de la gente.

Hoy por hoy tenemos un presidente puesto por el pueblo, no por una minoría, tenemos un alcalde que ha asumido el reto y que está dando resultados, y la verdad no peca, pero sí incomoda, y el trabajo honesto conlleva sacrificios y es dañino para quienes no aceptan la política emanada de la gente, del pueblo y no de intereses perversos y retrogradas, que quiebren la confianza y la fe de un municipo joven y pujante. Pero no sé si voy bien o me regreso.