martes, 17 de agosto de 2010

Obesidad en las escuelas por endulcorantes

Zito Cuevas Sosa


Las organizaciones de salud en México se encuentran bastante preocupadas debido a que en la mayoría de las escuelas se están vendiendo productos azucarados a los estudiantes, con lo que se crea el hábito de consumir estos endulzantes en el futuro.

La situación ha generado cierta molestia entre padres de familia y encargados de la salud, pues para nadie es un secreto que los llamados edulcorantes artificiales que provienen mayormente en productos light, y es que esa dependencia puede generar enfermedades en el futuro.

Estamos hablando de la probabilidad de que en unos años una gran parte de la comunidad estudiantil estaría afectada de obesidad y diabetes, lo que por supuesto sería intolerable en un país que sigue buscando su desarrollo.

Un estudio señala que el exceso de azúcar o sacarosa, como todo exceso, puede ser dañino tanto para la salud de personas sanas como de aquellas que cuentan con enfermedades crónicas relacionadas con el exceso de peso (obesidad, diabetes, hipertrigliceridemia), puesto que grandes cantidades aportan calorías extra, lo que contribuye al aumento de peso.

Cuando la persona desea perder peso, comienza a controlar el consumo de aquellos productos con elevado contenido de grasas y azúcar y muchos consumidores buscan substituir el azúcar con edulcorantes, disminuyendo la cantidad de calorías consumidas, sin renunciar a sus alimentos preferidos. Estudios recientes demuestran que los substitutos del azúcar permiten la incorporación de una amplia variedad de alimentos "ricos" en las dietas bajas en calorías, además de contribuir en el mantenimiento del peso en aquellas personas que han logrado su peso ideal.

Esto se debe a que los endulzantes artificiales son mucho más dulces que el azúcar común y se requiere una cantidad menor de ellos para lograr idéntico sabor con menos calorías, señala el mismo estudio revelado por autoridades de la salud.

Estamos ante la posibilidad de enfrentar enfermedades generadas por los altos consumos de endulzantes, que no son sustitutos de azúcar, ni mucho menos, un problema de salud a grandes escalas que traería consecuencias directas en el desarrollo de una sociedad menos saludable y por ende más propensa a fracasar en sus niveles de desarrollo.

Finalmente, son las mismas autoridades quienes deberán de sacar de las escuelas este tipo de productos, pues estamos hablando de nuestros hijos, quienes estarán siendo afectados por el elevado consumismo de la actualidad.