martes, 17 de agosto de 2010

“Comida para hoy, hambre para mañana”

Robinson Jiménez


Como si el erario estuviera para despilfarrar el recurso, el gobierno federal se prepara para celebrar en grande al centenario de la Revolución Mexicana y el bicentenario de la Independencia de México, construcciones ostentosas, plazas, parques y una diversidad de obras que buscan plasmar momentos históricos de este México, aunque como pregona el mismo gobierno estamos en austeridad debido a la fuerte crisis que nos aqueja desde hace unos años.

Es absurdo que se gaste el dinero en monumentos y obras con el argumento de que se busca enaltecer la identidad mexicana mientras miles de mexicanos sufren de extrema pobreza y decenas de miles sufren los embates de los fenómenos metereológicos que en los últimos años han pegado con mayor fuerza en territorio azteca.

Para muestra un botón, hace unos días, el secretario de Educación Pública, Alonso Lujambio, destacó que se trata de una obra de arte de inigualable belleza y no de un edificio común. La “Estela de luz” es una pieza única de la arquitectura mundial, es una obra sin precedentes, como obra de arte y como pieza de ingeniería, dijo el funcionario.

Aquí cabría preguntarle al servidor público lo siguiente: ¿de qué le sirve a los mexicanos esa obra de arte de inigualable belleza?, ¿resolverá alguno de los tantos problemas que aquejan tan sólo al Distrito Federal?, ¿disminuirá el smog?, ¿Evitará los daños causados por los fenómenos metereológicos?

Pero no conforme, Lujambio orgulloso de la obra señaló “estamos ante una estructura de 104 metros de altura y 9 metros de ancho, que será elaborada en una estructura de acero inoxidable, que se ha comprado en Finlandia y que se está moldeando y forjando en tubos, sobre los cuales se montarán 3 mil 500 placas de cuarzo translúcido, que sólo existe en Brasil y que se están laminando en Italia.” ¡Hágame usted el favor! ¿Y no se que se está celebrando la Independencia? ¿dónde queda la identidad mexicana? ¿acaso en México no hay materia prima de calidad como para edificar una construcción hasta mejor que la famosa Estela?.

Pero la cosa no para ahí, dicha obra no se terminará en el tiempo previsto, lo que significa que no se podrá inaugurar en el marco de la celebración del bicentenario de la Independencia de México, sino que quedará terminada hasta el último tercio de 2011.

Por si fuera poco, la obra rebasa por mucho el presupuesto que se había destinado para su construcción, sólo que a diferencia de los programas sociales y/o obras comunitarias, en este caso si sobra el presupuesto para terminar el trabajo, pues la construcción de la “Estela de luz” tendrá un costo aproximado de 690 millones de pesos, aunque la cotización inicial era de 200 mdp.

Es una burla, que se ocupen casi mil millones de pesos para esta obra, cuando las inundaciones están afectando a varios estados y dejando sin patrimonio a miles de mexicanos, es bochornoso que se ocupara un monto de 7. 5 millones de pesos tan sólo para el anuncio de la convocatoria del concurso nacional del anteproyecto para la construcción de un “arco” conmemorativo, que se convirtió en una torre. Y aún más lamentable es que solamente para la organización y colocación de la primera piedra de dicho monumento se gastaran 1.5 millones de pesos.

Las cosas no están como para derrochar el dinero en este tipo de cosas, ese recurso se hubiese ocupado en obras que generarán desarrollo y bienestar para los mexicanos, invertir en salud, pues hay un pésimo servicio a nivel nacional; en educación para sacar del rezago a la Nación; en la generación de empleos, en la construcción de casas para personas afectadas por las inundaciones, en seguridad para contrarrestar el crimen organizado.

Por lo visto la celebración de la Revolución Mexicana y la Independencia de México se hará con bombo y platillo y no se escatimará en los recursos, aunque al mes siguiente regresemos a la realidad que vivimos, aunque el año siguiente salga en cadena nacional el Presidente la República para advertir que entraremos en austeridad debido a la falta de circulante, como bien dice el dicho, comida para hoy, hambre para mañana.