miércoles, 24 de junio de 2009

Juanito está triste

Rafael Acosta recuerda sus días en el PRD: “Estuve 20 años en el partido... No me dejaron crecer”. Ahora, de ganar con el PT, tendrá que dejar el cargo

De mirada hosca, dura y evasiva, Rafael Acosta, candidato del PT, recuerda sus días en las filas de Nueva Izquierda. “Estuve al lado de ellos, estuve 20 años en el PRD”. Enumera: René Arce, Horacio Martínez Meza, Silvia Oliva Fragoso, Víctor Hugo Círigo… “No me dejaron crecer”. Su mirada se torna negra y mira al suelo, donde seguro observa la quema de banderas de Nueva Izquierda, junto con Gerardo Fernández Noroña. Sucedió cuando su renuncia al PRD. Su trabajo fue en la territorial de Ermita Iztapalapa. Se le recuerda llevando y trayendo despensas y más. En diferentes comicios.
El candidato del PT, famoso ahora por su cinta tricolor en la cabeza, su apelativo de Juanito y por el trato que recibió de López Obrador, el “¿cómo te llamas?”, dice, “la gente me ve como un candidato obradorcista”.
Vive desde hace 35 años en Iztapalapa. Ahí fundó su familia, tuvo hijos y se divorció. “Ahora vivo solo”. Su mirada no ve a ningún lado.
Se aferra a algo que le han quitado: “Voy a ser delegado, no he renunciado, soy el candidato”. Se detiene y recuerda el trato con Obrador, así le dice: “Es un acuerdo para fortalecer el proyecto alternativo de nación”.
“¿Y si gana no sentirá feo dejar el cargo?”. No, medita y responde con un sentimiento desconocido, “se siente feo, pero es por el bien del país, por el bien de Iztapalapa… voy a sentir feo”.
El acuerdo fue tomado a sus espaldas, no lo dice, pero se intuye. El pasado miércoles, horas antes de que fuera hecho público por López Obrador, fue citado en el Comité Estatal del PT, ubicado en la colonia Roma, ahí se encontró con sus líderes nacional y el del DF: Alberto Anaya y Arturo López Cándido, mejor conocido como El Archi. Repite, “sí, se siente feo por el trabajo que hemos hecho y todo”.
A nadie le tomó parecer, ni a la familia ni a sus seguidores. “Ya platicaré con ellos”, dice de los segundos.
“¿A qué se va a dedicar después de la campaña, de que gane y de que pida licencia?”, se le pregunta. Infla los cachetes, su mirada se pierde, ríe, se pone serio, se mueve el pelo despeinado, acomoda su cinta que es su identidad: “A la mejor me ofrecen algo y si no, pues soy comerciante y seguiré en la política”.
Se le pregunta si le gustaría colaborar con Clara Brugada. “No, creo que no, mejor con Obrador, en sus recorridos…”.
Reconoce que el PT “no tiene mucha fuerza, pero este año va a subir la votación en Iztapalapa y eso por los candidatos de López Obrador”.
El final. “Puedo hacer historia en este momento. Esperemos que nunca me arrepienta por el bien del país. Sí, en la protesta (con López Obrador a su lado) sentí feo un poquito…”.
Francisco Mejía