Sonia Ávila
Una sociedad de contrastes, capaz de producir riquezas, pero con alto índice de hambruna; o en pleno desarrollo tecnológico, pero carente de contacto personal. Personas solitarias y depresivas e individuos necesitados de un pensamiento filosófico que oriente su vida.
Éste es el “mapeo” que el escritor Federico Reyes Heroles trazó de la vida moderna, luego de hurgar en corrientes filosóficas de antaño y observar la conducta diaria de las personas y plasmó en Alterados. Preguntas para el siglo XXI (Taurus)
A manera de cuestionamientos con respuestas abiertas a la reflexión sobre temas habituales, como el tiempo, la felicidad y la soledad, el también analista político medita sobre los valores de la convivencia social, que han quedado relegados ante los “nuevos estilos urbanos de vida”.
“¿Estamos viviendo mejor o no? Hay signos muy encontrados cuando vemos las estadísticas de gente que padece depresión, o cuando vemos gente que se declara solitaria. Tal vez estamos viviendo más, alargamos la esperanza de vida, pero ¿es nuestra convivencia más sólida, más grata, más reconfortante?”, cuestionó.
En entrevista, Reyes Heroles detalló que a partir de la segunda mitad del siglo XX el hombre se obsesionó con la velocidad, con apresurar el tiempo en la vida cotidiana; pero esta interpretación del tiempo fue fallida y orilló a la sociedad a la depresión, melancolía, soledad e individualidad.
“Lo que me preocupa es que los valores profundos de la convivencia están relegados y me preocupa que seamos menos felices, como resultado de una escasa reflexión sobre quiénes somos y por qué, por olvidarnos de la tranquilidad y el sosiego para meditar”.
Con estadísticas oficiales en mano, el columnista encontró que el hombre ayudado por la tecnología sólo logró alargar su vida, pero no garantizar la calidad: “En el siglo pasado, la quietud era parte de la vida misma y ahora pensamos que alterados encontraremos la felicidad, pensamos que en la alteración vamos a encontrar poder y buscamos esa exaltación”.
