Como ya nos tienen acostumbrados ciertos políticos del Estado y del país, a verlos como grandes farsantes posiblemente la siguientes líneas pudieran estar demás.
Sin embargo la ocasión no amerita el silencio, menos en un país destrozado por políticas fatalistas y por un sistema corrompido, en el que hoy se percibe un estado enano e incompetente ante la carestia que nos castiga.
Pero que podrán hacer nuestros diputados federales para contrarestar la ineptitud de ellos mismos, qué podrán hacer nuestros presidentes municipales, diputados locales, y presidente de la república, si no pueden si quiera con sus padrinos políticos.
Valiera en estos momentos la pena, el replantear las tesis suversivas,aquellas de la revolución, sacar por los pelos uno a uno a esos vendedores de sueños, que hoy se pasean en lujosos vehiculos pagados con el sudor del pueblo.
Valdria la pena derrocar esos imperios políticos, y esos empresarios que se han enriquecido a sombras del dolor del pueblo, y de la sosobra del un gobierno cruel y despota, valdría la pena un cambio, valdría la pena. Pues más allá del cartel del narcotrafico existe uno más enraizado que hoy nos pones con la espada y la pared. Ante un México encarecido, día a día más inospito e irreal.
Ojala y quienes les ha tocado la responsabilidad de defender los intereses del pueblo, agarren vergüenza, y trabajen en pro de un desarrollo, en pro de beneficiar a quienes menos tienen, y de dar la oportunidad de por lo menos aspirar como pueblo a un mejor nivel de vida. Si no que el pueblo se los demande, creo ya se lo merecen...
