Angel Osorio Zacamitzin
Lastima ver a Tabasco como se observa, deteriorado, con el ánimo cansado. Con la resignación por la vida que nos tocó vivir, y acomplejados por una clase política que sigue enriqueciéndose, consolidándose ante la magnitud del desastre natural, económico, institucional, político, judicial y etcéteras en que nos han encaramado nuestros flamantes estadistas.
Hace unos días, por si fuera poco, entre la aflicción que se ha vuelto Villahermosa, Profesores se manifestaron para que el gobierno federal no les cobre impuesto ISR por sus aguinaldos.
Mientras al interior del Estado los pocos campesinos que quedan buscan afanosamente un remedio para el mal que se han vuelto, lo mismo ocurre con la burocracia que hoy empieza a transformarse su mundo, pues al igual la crisis los alcanzó.
Y en esta penuria de acontecimientos, sobre sale al galope el PRD, que cual jinete sin cabeza ataca, agrede, acusa, se apodera del siniestro, pero no propone, no soluciona, no da luces.
No hay obras, no existen soluciones, solo una esperanza parchada, que se deja ver en las miradas perdidas de una generación que empieza a perder la fe de un sistema político fallido, y corrupto.
En Tabasco sigue lloviendo sobre mojado, la contingencia “política” nos ha castigado a todos y se percibe según datos electorales, que en el 2012 vendrán frentes fríos peores y más peligrosos. Esperemos podamos sobrevivir a la plaga electorera.
Del lado del PRI buscan salvar una reputación tantas veces parchada, tantas veces relavada, que ya se desvanece en las manos. No es haciendo asociaciones civiles como se va a salvar el barco, es con posiciones perennes, con estrategias y proyectos viables, no con alucinaciones que caducan el mismo día.
Al Estado se le defiende desde el pueblo, desde el corazón, no desde las alturas, es momento de parar aquellos detractores que el mismo partido tiene, es momento de debatir a puertas abiertas la posición del PRI, la justa electorera del 2012. Es de principal importancia en estos días de quimeras y desgastes.