sábado, 5 de junio de 2010

Servir para Servir

Hugo Naranjo


Convicción y lealtad: Precisamente el concepto que Encierra esta palabra es lo que hoy adolecemos, hemos aprendido erróneamente a adaptarnos a un estilo más ligth, más conveniente que convincente. Hemos perdido la confianza y nos hemos olvidado de nuestros valores elementales, aquellos que nos enseñaron los buenos modales y que debieran moldear y perfeccionar nuestras acciones. Pareciera que las ilusiones se acaban llegando a la juventud, que todo lo que representa convicción y lealtad se tornase como una utopía, y es como si no existiera un verdadero motivo por el cual poder ser leales, por el cual poder tener convicción, por el cual poder tener una razón de vivir y ser libres.

Hoy en día la juventud vive en un mundo mágico y superficial, y tal vez por eso recibimos criticas y desprecios y hasta discriminación, somos quizá el resultado de malos ejemplos, lo lamentable de esto, es no hacer la verdadera diferencia, no asumir nuestra responsabilidad generacional e histórica, no buscar la unidad, el progreso, y dejar de lado como joven a los jóvenes, afectando no sólo un proyecto y un grupo, si no también el propio desarrollo como individuo. Creando a su vez un corazón herido y un supuesto ideal debilitado por la incertidumbre que provoca la ausencia de una convicción y lealtad trasparente.

El alcohol, la droga son nuestros peores enemigos que van consumiendo lo hermoso que es respirar un aliento de vida y salud, hoy en día vivimos en un mundo tan difícil para nosotros tan lleno de maldad y de traiciones que perdimos el verdadero significado de la lealtad, nos dejamos envolver con una llama que nos ciega de los verdaderos amigos que nos han brindado el amor y la confianza que en algún momento de nuestras vidas nos han regalado de corazón, sin esperar recibir nada a cambio pero no hemos sabido valorar lo hermoso que es la sinceridad y la lealtad a una persona.

Pero hoy es tiempo de que las cosas cambien, tenemos el futuro por delante, las fuerzas, la juventud y el respaldo de personas que todavía meten las manos al fuego por nosotros, es por eso que tenemos que reaccionar, dejar de pensar que los jóvenes necesitados solo esperan un baloncito de futbol, ¡ya no chavos! Hoy en día los jóvenes necesitamos no solo el balón, si no que la persona que obsequia el balón se meta a la cancha. Patee la pelota y meta goles, que sude la camiseta, que sepa jugar el juego pero de corazón, que se entregue en la cancha con pasión con devoción y con la certeza de que las cosas serán diferentes, y podamos brillar en medio de esta atmosfera llena de humo y poder filtrar un destello de luz que iluminará nuestro municipio, nuestro estado, nuestro país y por que no decirlo el mundo entero, piensa en grande para hacer cosas grandes. Creo que es algo de tomar en cuenta, sobretodo en estos tiempos de crisis política, en donde nos urge la unidad para construir sobre el holocausto que por momentos deja la politiquería. Es momento de dar la cara, de cambiar, de sumar, de atrevernos, pero como dirían nuestros amigos Chompiperos. No se si voy bien o me regreso.