martes, 24 de abril de 2007

Evaristo Hernández Presidente de Centro lo calmaron a tiempo

Lic. Román Jiménez García

Evaristo Hernández Cruz, presidente municipal de Centro, un polémico dentro de los polémicos, desde que tomó el mandato siempre fue punzante y heridor en sus comentarios. Su objetivo principal “DESPECHELIZAR” el Centro.
Algunos lo comparaban con Gregorio Arias Pérez, pues su estilo y sus palabras, llevaban el veneno y la sentencia.
Poco a poco fue creciendo la imagen de Evaristo, eclipsando sin querer queriendo la imagen del mismo gobernador, pues los comentarios del presidente del Centro eran meritorias de las primeras planas de algunos medios de información estatal.
Esto causó gran revuelo hacia el interior del gobierno del estado, pues parecía que Evaristo se descarriaba y que no tenía limites en sus declaraciones. Pues desde que llegó a la alcaldía (sabedor de donde debía golpear) acusó a su antecesor alcalde priísta, de vaciar las arcas del pueblo, de corrupto, de flojo, de solapador y de incompetente.
Rápidamente el equipo de Granier pensó en el peligro que representaba Evaristo, quien sin el mayor remordimiento, acusaba sin temor a su homologo priísta, y del mismo modo comenzaron las especulaciones, pues si Evaristo llegará a la gubernatura, lo primero que iba a hacer era despotricar en contra del exgobernador, que en ese futuro lejano sería Granier.
Por ello luego, de las inmensas lluvias que azotaron al estado, se optó por ponerle no un tapa boca a Evaristo, pero si de prevenirlo, de aconsejarle, moderar sus comentarios, pues como dicen las viejas chismosas: “Calladita me veo más bonita” y fue entonces como Evaristo desde hace casi un mes empezó a desaparecer con cierta cautela de las primeras planas de la prensa y de la misma manera empezó una critica más dura hacia su persona.
Mientras tanto sentado con aparente luz tenue, a quien algunos dicen fue el orquestador y quien jalo la cuerda a Evaristo, Mayans, quien de la misma forma buscará dentro de seis años la gubernatura. Claro está todo depende de cómo se den las cosas en el Estado.
Por el lado de Evaristo, sabe que cometió el error de empezar a sacar las uñas antes de tiempo, pero también sabe que fue frenado a tiempo, pues el discurso del choque y las acusaciones, empiezan a quedar en el mero populismo de la inoperancia política.
Y claro está, de la misma manera vemos que a Granier, no le gusta mucho el escándalo, más bien es somero en su manera de gobernar, sin mucho escándalo y problemas, sabe apagar el fuego en el momento, no después que se ha convertido en infierno.
Por parte de Evaristo, podemos decir que si quiere trascender como presidente del centro, debe empezar a rescatar su posición radical, dentro del PRI, debe ser menos grotesco y más conciliador.
Dejarle ver no a Granier, si no a los priístas y no priístas y a quienes parece hoy empiezan a delinear los caminos del Estado y sus intereses, que es de confianza, que no es un cazador de brujas, si no más bien un político que quiere y tiene otras aspiraciones.